Héctor Sitán
Artista Guatemalteco
Es un artista plástico y pintor guatemalteco.
Sitán es reconocido por su estilo realista y sus paisajes autóctonos. Fue graduado de arte en la Universidad de San Carlos de Guatemala (Cultura, 2014).
Ha vivido la mayor parte de su vida en Antigua Guatemala, que se convirtió en tema principal de su arte. A partir de entonces se ha desarrollado como un artista plástico autodidacta. Ha expuesto en Europa y Norteamérica y en exposiciones nacionales como Arte en las Calles 2014.
Autodidacta, realizó estudios de arte en la Universidad de San Carlos. Su estilo realista destaca por la rica luminosidad difusa de los cielos grises y las tardes lluviosas, de las paredes musgosas y las calles encharcadas, producto de pintar en las calles de los pueblos de Guatemala.
Tal es el caso de Héctor Sitán , para quien los temas son inagotables, pues, según él, los únicos que se agotan son los artistas, y que, para mayor escándalo, hace paisaje de La Antigua, eso sí¬, con un oficio deslumbrante y prodigioso que rescata a la vieja ciudad del lugar común y hace que el espectador, sobre todo el más avezado y exigente, la vez con ojos renovados. He aquí¬ el primer reto: ver a la ciudad colonial con ojos renovados en un momento en que la conciencia estética busca sus fundamentos en la antigúedad maya o en el arte del momento, olvidando que mucho de lo guatemalteco se fraguó en la época colonial, sobre todo los conflictos más profundos que padece nuestra sociedad actual. La ciudad de La Antigua, a diferencia de Tikal o cualquier otra ciudad maya de la antigí¼edad, no ofrece un pasado mí¬tico sino un presente conflictivo, confuso y fundamental. Conviene, pues, verla con ojos renovados, a la luz de la conciencia estética, moral e histórica de la actualidad y no desde los lugares comunes -que también los hay- de la crítica y la historiografí¬a artística y social de corte tradicional.
Sin duda porque tiene conciencia de la multitud de prejuicios que se levantan contra el paisaje, la minuciosa obra de Héctor Sitán tiene algo de rescate y defensa no sólo del vilipendiado género sino también de la libertad de expresión, sobre todo cuando ésta es una necesidad acuciante, realmente sentida por el artista y compartida por una sociedad necesitada de reconocerse a sí¬ misma. El carácter de respuesta marca, pues, el derroche de preciosismo técnico que muestra el luminoso paisaje de Sitán, que se complace en perseguir la luz hasta en los más recónditos pliegues de la ciudad.
