Marco Augusto Quiroa
Nacido en Chicacao (Suchitepéquez, costa sur de Guatemala) en 1937, se trasladó a la capital del país en 1950, en plena época revolucionaria. Gobernaba entonces Juan José Arévalo, a quien sucedió el mayor Jacobo Arbenz Guzmán, derrocado por un golpe de Estado promovido por la CIA en 1954.
Esta vivencia marcó a Maco Quiroa y a su obra, impregnada por una conciencia política de denuncia, a la cual guardó fidelidad absoluta. Fue, desde los tiempos de estudiante y al inicio de su vida profesional como pintor, “un figurativista que va del expresionismo de recreación latinoamericana a un tipo de realismo social que se nutre de las culturas populares guatemaltecas”, afirma Rolando Cabrera en su obra Guatemala, arte contemporáneo 1947-1997.
En la década de los años ochenta surge con vigor inusitado la faceta literaria de Quiroa, con la cual se presenta a sus lectores “con ojos y corazón de niño, pero con sorna de gato viejo”, en alusión a un apodo que el maestro se ganó a pulso por su carácter enamoradizo. “Para gato viejo, ratón tierno”, según reza el refranero guatemalteco. Entre sus obras literarias destacan Semana menor (1984), Gato viejo (1989) y Recetas para escribir un cuento (1996). Marco Augusto Quiroa, de 67 años, considerado como un referente obligado de la cultura guatemalteca contemporánea, falleció el 31 de octubre